Desde que más o menos tuve noción de lo que quería, situación que ubico en los 12 o 13 años, supe que quería ser periodista. Hay varios indicios de ese deseo, como cuadernos en los que recortaba nota de El Gráfico y las titulaba o libretas con las campañas de River, escritas prolijamente con marcadores de distintos colores (lo de prolijo es un dato, porque nunca pude ser prolijo en mis trabajos del colegio) u otro cuaderno dedicado sólo a la Fórmula 1, allá por mis 16/17 años. Sin embargo, cuando terminé el colegio me metí en la Universidad de Medicina sin saber a ciencia cierta si quería ser médico, pero haciéndole caso a mi padre, que me decía que tenía que seguir alguna carrera universitaria porque con el periodismo me iba a morir de hambre. Después de 2 años con más fracasos que aciertos, hice lo que creía: me anoté en periodismo. A los pocos meses empecé a trabajar. El año que viene se cumplirán cuatro décadas de mi primer paso en una redacción. ¿A qué viene esta lata? Para bajar aquí un lindo texto de Gonzalo Suárez en el diario español El Mundo. Buen fin de semana. Ah, no se pierdan en el estante de música sesenta temas de Charly
Un lugar para vestirse con textos y accesorios. ¿Qué me pongo para salir?
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Tremendo. Es muy bueno seguir la vocación, yo vagué casi tres años por abogacía hasta que siendo grandecito (24 años) me puse a estudiar periodismo y luego de trabajar un tiempito me dediqué al comercio pero no pasa un solo día que no me den ganas de tirar todo y hacer algo pese a mis 50 años!!!
Nunca es tarde, Georgie. Gran abrazo