de Jorge Búsico

Categoría: NOVEDADES

Pipí cucú

Daniel Balmaceda es un historiador -amigo también- que ha escrito maravillosos libros sobre nuestras costumbres y el origen de las palabras, entre tantos otros. Hoy posteó esta joyita en su muro de Facebook.

«Monzón recibía un premio en París. Tito Lectoure, Brusa y Cherquis lo prepararon. Tenía que decir merci beacoup (muchas gracias) al recibirlo. Pero cuando le dieron el premio, miró a cámara y dijo: Pipí Cucú. Así nació la frase»

Cielo violeta

Una hermosa imagen de Buenos Aires, con sus jacarandás dándole un toque especial a la ciudad. Hay más de 11 mil ejemplares en toda la ciudad y fueron traídos a la Argentina por el paisajista francés Carlos Thays. La foto fue subida a Twitter por la cuenta @yanisenshi  

Gabo

La compra de un libro es una liturgia; es la elección de un objeto preciado, que perdurará a lo largo del tiempo, hasta que uno elija desprenderse de él. Un libro no se gasta ni se achica como una prenda y, ubicado sobre un estante, luce como un cuadro o una obra de arte, porque, al fin de cuentas, los libros tienen sus museos, como lo son las bibliotecas. Abordar un libro ya es otra tarea; requiere de un tiempo y de un ejercicio, pero ante todo de la pasión por leer. La lectura nos hace mejores. No tengo duda de ello.

Encontré en la web este muy buen texto acerca de formas de leer un libro. Fue el que me dio el pié para este post. Tengo cada vez más arraigada la pasión y la necesidad de la lectura y, entre otras cuestiones, me llevó a mis comienzos, a los primeros toqueteos con los libros. No fui un gran lector de chico, pese a que en mi casa había una amplia biblioteca. El primer libro que me atrapó fue El Principito, de Antoine de Saint-Expéry. Pero mis grandes recuerdos de la primeria y parte de la secundaria fueron las revistas El Gráfico que me las leía de punta a punta una y diez veces. Esa fue la semilla para el futuro periodista.

Pero el primer escritor que me atrapó fue Gabriel García Márquez. En la adolescencia leí Cien años de soledad y desde ese momento lo tomé a Gabo como mi guía. Soñaba escribir como él. También, de algún modo, ser como él. Más adelante descubrí su faceta de periodista con el libro Notas de Prensa, con el que lo terminé de idolatrar.

Los caminos de la lectura son diversos. Hoy, soy de seguir más a autores; cada tanto experimento con algún libro que me recomiendan o del cual leo críticas favorables. De García Márquez abordé casi toda su obra y lamenté su muerte, como no me pasó con ningún otro escritor. Y en estos días me topé con este hermoso texto en Arcadia, que retrata el último viaje de Gabo, en el que fue un entierro simbólico en la Universidad de Cartagena.

El texto recuerda el día que recibió el Premio Nobel, en 1982. Su discurso fue uno de los más extraordinarios que se hayan formulado. Ya siendo periodista, me emocioné cuando lo leí, ya que en aquel tiempo no era sencillo pescar imágenes grabadas desde el exterior. Es el mejor cierre para este post

La mano de Sacheri

Eduardo Sacheri es un caso ejemplar. Desde donde se lo mire. Primero, porque es un tipo ejemplar, alejado del ruido, nunca abandonando la docencia -es maestro en Castelar, la ciudad de la que nunca se fue- y de una generosidad sin límites. Sacheri transpira vida. Y también es un caso ejemplar por cómo fue construyendo una carrera de escritor que arrancó llevándole cuentos a la radio a Alejandro Apo y llegó a Hollywood y a un Oscar.

Sacheri acaba de lanzar un nuevo libro: El fútbol, de la mano, que es otro capítulo -el anterior fue Las llaves del reino– de sus columnas en la revista El Gráfico. Anoche vino a presentarlo a TEA y Deportea. Un lujo. Aquí les dejo la charla, sin ruidos, pausada, prolija, rica, muy lejana al desquicio al que asistimos en la vida diaria. Adhiero a lo que dijo Julio Marini (director de la Diplomatura de la escuela, maestro de periodistas y, aclaro, como un hermano para mi): A mi también me hubiese gustado ser Eduardo Sacheri

Moda online

Victoria Lescano tiene varios dones. Uno de ellos es que escribe simultáneamente para La Nación Revista y para Página 12, dos diarios que están en veredas opuestas en esta locura extrema de la que lejos está de salir la Argentina. Vicky escribe como los dioses y, además, tiene una mirada clínica sobre el universo inacabable de la moda. No es la cronista que sólo dice cómo está vestida o vestido tal o cual, ni tampoco la que es contratada por las marcas para hablar bien de ellas. Victoria es una historiadora de la moda, una verdadera cronista de ella y ha publicado libros maravillosos al respecto.

Tuve el orgullo de tenerla como alumna en TEA, cuando dictaba taller gráfico. Ahora tengo la satisfacción de haberla convocado para que lleva adelante un curso online de periodismo de moda en el Laboratorio de TEA y Deportea. Empieza el lunes. Sí, puede ser considerado esto un chivo, ya que es algo en lo que tengo que ver económicamente, pero tratándose de El Vestidor, creo que viene bien difundirlo aquí. Pablo Ramírez, el prestigioso modista, también le da la bienvenida a Victoria y detalla mejor de quién se trata

 

Salto al vacío

Martín Sivak es un extraordinario periodista. Con el orgullo de que se trata de un egresado de TEA. Martín ha escrito una serie brillante de libros sobre el emporio Clarín y ahora se lanzó con un libro sobre su padre, un banquero famoso de los 70/80, comunista, cuyo hermano fue secuestrado y asesinado en los años de plomo, y que se suicidió tirándose desde un piso dieciséis. Un adelanto del libro fue publicado en Anfibia. Ya atrapa desde el comienzo

¿Se olvidaron el celular?

Este video irá mostrando el recorrido desde el zapatófono aquel que usaba el Superagente 86 en las series (¡luego real!) hacia estos aparatos que casi que gobiernan nuestro día a día. A propósito, ¿probaron una semana sin celular? Tengo un par de amigos que nunca tuvieron uno. Pero hay más en este video y eso es lo que lo transforma en especial: es una síntesis de cómo ha ido evolucionando la gran revolución de esta parte de la historia: la comunicación. Y cómo han ido a parar a un aparatito un teléfono, una computadora, un equipo de música, una cámara de fotos, una filmadora, una bilioteca, álbumes de fotos, guías de viajes. Como un mueble grande se fue a meter dentro de un dispositivo que entra en un bolsillo

Elegancia

Milena Busquets (Barcelona, 1° de enero de 1972) es una catalana que escribe como los Dioses (su madre fue la escritora y editora Esther Tusquets) y que tiene el don de la mirada profunda y el análisis esbelto para analizar estilos y tendencias. Milena Busquets, también antropóloga, es de ese selecto grupo que parece tener cuatro ojos. Pueden seguirla en Twitter (@MilenaBusquets) y allí se van a deleitar con sus posteos. También pueden leer alguno de sus libros. Algo más profundo de ella está en esta entrevista que le realizó La Nación hace dos años y medio. Hace unas semanas, Busquets publicó este texto sobre la elegancia masculina. Casi que nos deja desnudos a los hombres, para luego mandarnos al vestidor

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