Roberto Daniel Fernández (Defer, en sus tiempos de redactor de aquel El Gráfico maravilloso de los 70) ha sido, y lo sigue siendo, uno de mis grandes maestros en el periodismo. A él le debo mucho de lo que soy, gracias entre otras virtudes a aquellos cafés a los que me invitaba a hablar cuando trabajábamos en la revista Goles Match (fines de los 70, comienzos de los 80) y cuando yo era un jovencito sólo preocupado por pelotas de cualquier forma, mujeres, diversión y pilchas. Tengo la fortuna de compartir varios días a la semana con él en Tea y Deportea (Roberto dice que él es un «teoydeporteo») y de, sobre todo al mediodía, charlar largos ratos y reirnos a carcajadas. Roberto es, además, muy gracioso.
Roberto es de esos tantos periodistas anónimos que aún engrandecen esta profesión. Yo admiro al periodista anónimo que es capaz de escribir las mejores notas con el único compromiso de que el que la lea se informe o aprenda algo más. Alguna vez escribiré de ellos y de la importancia que para mi tiene el anonimato en el periodismo, que es todo lo contrario del estrellato. Pero no es hoy el momento.
Lo que quiero rescatar hoy es una oración que encontré escrita por Roberto es un posteo en Facebook, refiriéndose a las tantísimas barbaridades que se encuentran diariamente en los matutinos porteños. Roberto escribió, a propósito: «Viva la vida, no obstante». Daniel Guiñazú, otro talento anónimo de este oficio (las notas de Guiña son obra de un cirujano del idioma), le contestó en ese mismo posteo: «Me haría una remera que diga eso».
Por eso: Viva la vida, no obstante.
Buen fin de semana. A disfrutarlo
Mucha suerte en tu nuevo emprendimiento Tío George!!!
Uncle Pipo
¡Qué alegría verte aquí, Uncle Pipo! Pondremos buena música.
Abrazo enorme
No lo dudo Abrazo!
Te dejo un regalo
https://www.youtube.com/watch?v=kcaRav_x0gU
¡¡Qué maravilla, Tío!! Una joyita. Abrazo
Al final del camino nos quedamos sin nada, de la misma manera que vinimos al mundo. Dicen. Pero no es cierto. Nos llevamos, en el alma viajera que va vaya uno a saber dónde, las cosas bellas que vivimos y las que hemos aprendido, con y sin esfuerzo. Y todo nace de ese «no obstante» que parte de la vida misma. Porque todo ocurre mientras nos ocupamos de esquivar los cascotes del camino. No obstante. Adelante Georgie.
Capo, Marcelo.
Tío George,
Sabes que sufro nulidad total para todo lo que sean sistemas de internet.
Me cuesta hasta encender la computadora.
Pero por su intento de amplia apertura, le tengo profunda «FE» a esta nueva fantasía.
Quiero apoyarte desde un nuevo proceso de desconstrucción, útil para la «disputa», inspirado en la lectura de Derriba a la que me impulsaron dos buenos Blogueros de tu anterior emprendimiento.
Tío; ¿como hago para entrar a tu novedad en forma rápida y directa?.
Porque solo se ingresar ingresando primero a Rugby y en tu piso de presentación -que ya se pierde- tocar «el vestidor» que esta pintadito en «celeste cielo».
En una semana, cuando controlen la crisis de desabastecimiento, me voy a vivir a Montevideo que ahora la frula suave se consigue de buena trafa.
Abzo. Piti.
Pitti querido:
Podés entrar directamente a jorbusico.com Esa dirección te lleva a El Vestidor sin pasar por el celeste cielo de Periodismo-Rugby.
Escribinos desde Montevideo.
Abrazo grande